Traía conmigo muy pocas cosas…y de la vida anterior, creo que tan solo una o dos…entre ellas mi guitarra, ex Gibson SG, la “Aceituna Verde”, asi la había bautizado quien fuera mi asistente durante años y amigo del alma Pablo Kiddle, el mismo Pablo que extraña a sus hijitas que lo miran siempre desde el cielo, en la cancion “La Gente que Habla Sola”.
Esta Gibson SG, era una especie de Frankestein que el luthier Ricardo Miranda había “customizado” a mi gusto luego de que en el año 95 se me rompiera el mastil a la altura del cuello del clavijero durante un vuelo hacia mendoza.
Había cometido un grave error, propio de mi inexperiencia total, al despacharla en la bodega del avión en una funda de plástico común y con las cuerdas tensadas…un sacrilegio, ya que la presión a esa altura hace que la madera trabaje y, al no haber aflojado las cuerdas, mas el reconocido trato “gentil” del personal de Aerolineas (pero sin descartar el trajin de los shows al que ya venia sometida viajando en tan endeble funda) dio como resultado que, mientras tocaba en Mendoza, se rompiera mágicamente ante mis ojos dándole un sonido particularmente Black Metal a la canción que estaba tocando.
Conservaba esta guitarra con especial cariño, ya que entre tantas idas y vueltas de la vida una vez toque con Attaque en un festival llamado “Por la Unión de las Tribus” organizado y craneado por el Ruso Berea y su mítico y glorioso programa de radio, el Heavy Rock n´ Pop.
Este evento era en “Halley”, el desaparecido antro rockero por excelencia en la calle Corrientes al 2000. La premisa del festival era que cada quien llevaba el instrumento que podía y se ponía a disposición compartiendo todo…ya que la propuesta era “diferentes tribus, unidas por el rock” para cortar con las enemistades y antinomias instaladas de hacía tantos años quien sabe por que imbécil o imbéciles. En definitiva, ahí estaba mi guitarra entre tantas otras a disposición de todos, en aquel entonces estaba original y era de color rojo, y si bien no era “el modelo “ de SG más buscado, (era una 91)…tanto Pappo como Ricardo Mollo tocaron con ella…yo ni enterado de nada, hasta que mas adelante vi fotos de esa noche en algún que otro medio y bueno…cholulismo al margen, como guardo un especial afecto y admiración por ambos seres humanos y su arte, la guitarra con su humilde tapa de ebano hoy tiene un valor sentimental agregado!
Bueno, ahí estaba con mi inseparable y, a mucha honra, “infiel” compañera de aventuras y desventuras…
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